Hojas de Té: Una infusión mágica.
La producción y proceso de las hojas del té es un viaje realmente fascinante. La planta Camelia Sinensis que crece en las montañas sagradas de la India y China, requiere de pasos rigurosos para su elaboración, durante los cuales ofrece un manantial de olores, sabores y colores. Es un verdadero placer que debes conocer.
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La planta Camelia Sinensis, es un arbusto perenne que puede alcanzar los 6 metros de altura. Crece en climas tropicales con gran humedad y temperaturas cálidas. Su recolección mayormente es a mano, lo cual influye en la calidad y en el precio final del producto. No obstante, las grandes empresas cuentan con maquinarias especiales para su recolección.
Por ello, una vez que estos están aptos tras su siembra, el viaje comienza con:
- La cosecha: selección y recolección de las hojas, ya sea a mano o con maquinaria.
- Marchitado: se extienden las hojas en una base y se dejan secar al sol. Cuanto más largo el proceso, más aromático el té.
- Cuarteado: sacudida de las hojas para garantizar un buen marchitado.
- Fijación: Tratamiento de calor para evitar la oxidación. Se usa más que todo con los tés verdes y para conservar su color.
- Enrulado: Se rompen las celdas de la hoja y se extraen sus extractos. Cuanto más largo el proceso, más intenso el sabor del té.
- Oxidación: aquí las hojas se exponen a mucha humedad (natural o provocada) en una sala especial.
- Fermentación: con una temperatura acorde se crean las condiciones idóneas para la fermentación. Diferente para cada variedad.
- Secado: se secan para llegar a niveles mínimos de agua (2%).
- Clasificación: selección de las hojas.
- Envasado: embalaje adecuado, cuidando que dicho recipiente lo conserve seco.
Este fabuloso viaje no se realiza con todas las hojas. Para el té blanco por ejemplo, solo se pasa por marchitado y secado. El té rojo si requiere de todos los pasos mencionados anteriormente, mientas que el té negro sufre una fase de oxidación total. El té oolong, resiste un proceso de fermentación intermedio y el té verde, no pasa por un proceso de oxidación.
Asimismo, cabe destacar que tras su envasado como tés puros o mezclados con otros tipos de plantas, adquieren otro sabor y calidad de un año a otro como pasa con el vino. Y la degustación del té es uno de los placeres que pocos disfrutan, pero quien bien lo hace sabe reconocer el aspecto de la hoja seca, hoja de infusión, el color y la calidad de la bebida.
Son varios los pasos que requiere el procesamiento de la hoja del té, es interesante y fascinante, ya que involucra cultura, historia, emociones de quienes llevan a cabo la elaboración, calidad y visión al considerarse como una de las bebidas milenarias que más beneficios aportan a la salud.